Si hay una tarea de mantenimiento que hay que cumplir a rajatabla como
mínimo, una vez al año, es el cambio de pasta térmica del procesador.
Este proceso debe cumplirse siempre, y aún más, si nuestro equipo está
encendido muchas horas al día, ya que la pasta térmica se seca, se
cuartea, y por supuesto pierde todas sus propiedades como transmisor de
calor.
Un buen estado de la pasta térmica, implica que nuestro procesador
estará evacuando de manera adecuada el calor que genera la cpu
directamente al bloque disipador mediante una transferencia óptima. El
uso cotidiano de nuestro ordenador hace que la pasta térmica sufra un
desgaste "normal", al permanecer continuamente a una temperatura
elevada, pero ese es su cometido y para lo que ha sido fabricada. El
problema llega cuando nuestra pasta térmica ha perdido sus propiedades,
con lo que su función como transmisor de calor, baja drásticamente, y
conlleva que nuestro procesador se caliente más de lo aconsejable. Esto
genera problemas a su vez de rendimiento, ya que a mayor temperatura,
menor rendimiento dará la cpu. Pero los problemas no quedan ahí, ya que
una temperatura de trabajo excesiva, puede provocar reinicios
inesperados del equipo.
La solución, lejos de parecer complicada, puede hacerse de manera
rápida y sencilla. Decimos esto, ya que en la mayoría de los casos,
sobre todo si contamos con un disipador de serie, no hará falta
desmontar todo nuestro equipo; únicamente habrá que retirar el disipador
de cpu.
Para cambiar nuestra pasta térmica, no necesitaremos herramientas,
únicamente un poco de alcohol, un trozo de papel de cocina, la pasta
térmica que vayamos a utilizar y un pedacito de una bolsa plástica.
El principal factor que indica que nuestra pasta térmica está en la
últimas, es que la temperatura de nuestro procesador se mueva en rangos
de temperatura fuera de los comunes. Aunque las temperaturas sean
correctas, es recomendable realizar una renovación de la pasta térmica
de manera anual.
Para comenzar, debemos retirar el disipador de cpu que tengamos
instalado en nuestro equipo, soltando para ello el conector de toma de
alimentación y el clip de sujeción. Pero este proceso debe hacerse
después de tener una hora por lo menos el ordenador encendido. Esto se
hace para que la pasta térmica que vamos a retirar se vuelva algo más
líquida con el calor, y nos permita retirar el disipador de manera
sencilla. Si lo retiramos "en frío", la pasta térmica vieja actuará como
soldadura entre procesador y disipador, por lo que la fuerza que
deberíamos hacer sería excesiva y podríamos dañar el procesador. En
ciertos casos hasta hemos visto como el disipador arrancaba el
procesador del socket y se lo llevaba pegado.
Una vez hayamos retirado el disipador de cpu, podremos ver la vieja
pasta térmica sobre nuestro procesador. Una pasta térmica en mal estado,
se muestra cuarteada y muy seca, con muy poco cuerpo. Aquí es donde
debemos ponernos a trabajar, ya que debemos dejar la superficie del
procesador totalmente limpia antes de aplicar la nueva pasta térmica.
Para ello utilizaremos un trozo de papel de cocina empapado en alcohol.
Decir que existen productos específicos para la limpieza de un
procesador , pero hemos decidido utilizar alcohol y papel de cocina
porque lo hay en todas las casas. Con el papel empapado en alcohol
debemos retirar por completo todo resto de pasta térmica de la
superficie de nuestro procesador. No debemos tener miedo si nos cae algo
de alcohol sobre la placa base o sobre algún componente electrónico, ya
que se evapora rápidamente y no nos causará ningún tipo de corto cuando
arranquemos el equipo.
El procesador os debe de quedar de manera similar al de la imagen,
en nuestro caso se trata de un procesador AM2 de AMD. Ahora ya sólo
queda aplicar una fina capa de pasta térmica. Aquí es donde muchos
cometen el error de aplicar gran cantidad de pasta, consiguiendo el
efecto contrario que se desea. La cantidad de pasta térmica que debemos
echar, es la mínima posible siempre y cuando cubra toda la superficie
del procesador .
El proceso es simple, dejaremos caer una pequeña gota de pasta en el
centro del procesador, muy poca cantidad, ya que siempre estamos a
tiempo de echar más.
Ahora toca esparcirla, para ello nunca deberemos utilizar objetos
metálicos. Algunos fabricantes como Zalman, ya comercializan pasta
térmica en botes de vidrio con un pequeño pincel , aunque esto no es
habitual. Nosotros hemos utilizado muchísimas herramientas, y lo más
cómodo al final, es lo más simple. Cogiendo un pequeño trozo de bolsa
plástica, envolvemos nuestro dedo índice, y simplemente la esparcimos
con el. Es fácil, rápido, limpio y cómodo.
Si con esa gota de pasta térmica que echamos, conseguimos cubrir
toda la superficie del procesador, habremos terminado, si no,
conseguimos estirarla por completo, añadiremos muy poca cantidad más, y
seguiremos con el proceso. Al final debería quedar algo parecido a la de
la imagen que os mostramos.
Volvemos a repetir que debemos aplicar una capa muy fina de pasta
térmica, ya que su trabajo es transmitir el calor generado por el
procesador de la manera más rápida posible al disipador de cpu. Una vez
hayamos acabo, debemos colocar el cooler, pero antes debemos limpiar su
base, ya que tendrá restos de la vieja pasta térmica. Al igual que
antes, empaparemos un tozo de papel de cocina en alcohol, y limpiaremos
la base del cooler.
Una vez hecho esto, colocaremos el disipador de cpu sobre el
procesador, y fijaremos su clip de sujeción, luego conectaremos su toma
de alimentación, y habremos acabado. Ahora con programas como Everest o
Sandra podremos ver en que nuevas temperaturas se mueve nuestro
procesador con la nueva pasta térmica. Dependiendo del estado de la
pasta térmica vieja podremos recortar de manera notable la temperatura
de trabajo de nuestro procesador, mejorando su calidad de vida, su
rendimiento y su durabilidad
.
Actualmente en el mercado hay multitud de pastas térmicas de
calidad, siempre recomendamos su uso ya que no son excesivamente caras y
su rendimiento es muy superior a las genéricas. En cuando a marcas y
modelos nos decantamos por pastas como TuniQ TX-2 , Noctua H1 , Arctic
Silver o Artic Ceramiq . Y volvemos a recordar que esta operación como
mínimo si nuestro equipo trabaja a diario, debemos realizarla 1 vez al
año